En la calle Juan Bravo de Segovia se ha consolidado estructuralmente un muro de carga que había sido horadado por los inquilinos (con lo cual ya no funcionaba como muro si no como viga), y cuyo apoyo en el muro perpendicular era precario e insuficiente. En la sala habían aparecido unas grietas que indicaban que podría haber un problema estructural, lo que ha sido comprobado.
En el proceso de diagnóstico se han empleado fisurómetros para conocer si las grietas seguían abriéndose o no.
La solución adoptada ha sido, previo apuntalamiento de la zona, la demolición del tabique existente y el apoyo deficiente, y la colocación de tres vigas que abarcan el espesor del muro inicial y apoyan en un nuevo pilar y en un machón del muro conservado.